A. SALAS / J. G. BADÍA |
Juan Antonio estaba sentado en el sillón, en la sala de estar, cosido a golpes y frío como un témpano. Su mujer, Josefa, yacía sin vida en su habitación, luciendo iguales marcas de agresiones por su cuerpo. Fue la terrible escena que Graciela, la cuidadora que visitaba a diario a este matrimonio de octogenarios, relató a la Policía Local de San Javier.
La mujer de nacionalidad suramericana, que visita dos veces al día al matrimonio (mañana y tarde) para limpiar la casa y ayudarles en sus quehaceres diarios, aseguró, muy afectada por lo sucedido, que Juan Antonio Ríos, de 82 años, y Josefa Mendrán, de 83 años, «estaban llenos de golpes». Los más visibles, según parece, en el rostro. Los cuerpos sin vida de este matrimonio fueron hallados, cubiertos de sangre, hacia las 19 horas de la tarde de ayer.